Hace 2.500 años, en los antiguos pueblos del sur de Norteamérica, ya era de gran importancia la dentadura.
Los científicos han descubierto la más sofisticada odontología de la historia, encontrando cráneos con piedras semipreciosas sobre los dientes.
Al parecer, los indígenas norteamericanos, acudían al dentista para embellecer su aspecto físico, realizándose sobre los dientes orificios, surcos y piedras semipreciosas.
¿Sorprendente verdad?
Los expertos han analizados varios cráneos procedentes de personas de “Mesoamérica” y cómo afirma un antropólogo, la mayoría de los que optaban por este estilo eran hombres.
Hay que dejar claro que no se trataba de un diferenciador de clases sociales, sino, que su función era “puramente decorativa”. Estos antiguos dentistas, usaban un útil similar a un taladro con una piedra dura, capaz de perforar el hueso.
Los dentistas usaban algún tipo de anestesia a base de hierbas antes de taladrar, esto hacía suavizar el dolor, y además, probablemente conocían la anatomía de los dientes, porque lo hacía sin tocar la pulpa.
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